Nuevo viaje de nuestro colectivo
(4 de 5 partidos montando bus, aunque algunos miembros han hecho pleno en
coche), repitiendo nuevamente a tierras extremeñas. Como cada semana
en la que se acompaña al Cádiz C.F., se empezó a preparar
el desplazamiento desde que finalizó el encuentro anterior en casa,
llenando más de medio autobús en las mismas gradas del Carranza.
Múltiples problemas con los buses durante toda la semana (unas compañías
pedían fianzas..., otras, precios desorbitados por el servicio...,
la mayoría, al enterarse de que éramos aficionados al equipo
amarillo ponían excusas malas, como que ya no tenían autocares...,
errores de última hora con nuestros buses ya alquilados..., etc.,
etc., o directamente que no hacían el servicio). Salvando estos problemas
y algunos más, se montó el bus de B A. Salimos temprano, a
eso de las 9 y poco de la mañana. Algunos empalmaban de la marcha,
otros, sin embargo, se presentaban inmaculados y con su camiseta cadista
amarilla recién planchada. Después de aprovisionarnos de víveres
líquidos, pusimos rumbo a Mérida. En los primeros kilómetros,
por no decir metros, ya se veía venir que el Boca iba a liarla en
el camino de ida. Así fue. Se le unió alguno más de
la Sección Rota... Todo esto provocó que hasta se le pegara
un soplamocos al susodicho elemento. Esto no impidió que la ruta
fuera tranquila, con muchas risas, pocas sustancias variadas y bastante
priva. Paramos unas cuantas veces para soltar las piernas y para mear, aunque
el principal motivo de estas paradas fue ver si en algunas de ellas el mencionado
tardaba más de la cuenta y lo dejábamos en tierra. No lo logramos,
aunque si se llevó una lluvia de piedras, algún que otro empujón
y se pensó en pagarle un taxi para que se volviera. Pasadas las 2
de la tarde llegábamos a nuestro destino, siendo los últimos
de la caravana cadista a Mérida. De allí nos dirigimos a la
plaza típica donde estuvimos el año pasado, pasando por el
bar de los ¿ultras? del Mérida, aunque al final cambiamos
de ubicación y nos fuimos a la entrada del teatro romano junto a
varias decenas de cadistas más y junto a los bares que por allí
había... Empezaron los primeros cánticos ante la mirada atónita
de los paseantes (sobre todo una guiri, que no sabía donde se había
metido, ni donde estaba creo) que esperaban pasar una mañana tranquila
visitando el teatro. Conocimos a aficionad@s cadistas de Leganés
y de la propia Mérida. Allí estuvimos charlando y bebiendo
con ell@s, a los que obsequiamos con distinto material nuestro, y con l@s
cadistas que fueron hasta allí en coche. La peña ya se fue
desperdigando por las calles adyacentes hasta que poco a poco, y conforme
se acercaba la hora del partido, nos fuimos juntando allí. Tiramos
para el estadio con todo nuestro material preparado y nuestras gargantas
a tope. Clavazo en la taquilla, exhaustivos registros de mochilas, bolsas
y petate y cacheos uno por uno por parte de la policía. Nos colocamos
detrás de la portería y ocupamos ¾ partes de valla
del fondo con nuestras pancartas. La animación en el partido estuvo
bastante bien, siendo nuevamente lo mejor la parte final del primer tiempo,
donde con un mismo cántico nos tiramos hasta que pitó el árbitro.
Algunos cánticos estuvieron dirigidos al grupo local, que no sabíamos
realmente donde estaban hasta que uno puso una pancarta. Cuando terminó
el encuentro, y tras los aplausos de nuestros jugadores, nos dirigimos a
la puerta de Tribuna para saludarlos y esperar a los autobuses. Allí
nos dimos cuenta de que había cadistas que no los dejaban salir.
Ante esto, y la incredulidad policial, nos quedamos allí. Los jugadores
y técnicos del Cádiz C.F., que a esa hora salían de
vuelta ya, intentaban que nos fuéramos, al igual que la policía.
Cuando todo estaba solucionado, y para proteger los buses (que era lo que
más nos importaba) de lo que pasó el año pasado, estábamos
dispuestos, e incluso estuvimos haciéndolo unos metros, a ir andando
rodeándolos hasta la afueras de la ciudad. La policía montó
en cólera, diciendo que para eso ya están ellos (igual que
estaban el año pasado....). Tras un largo tiempo de tensión,
confusión y de discusiones, solución intermedia, nos montamos,
pero mantuvimos las puertas abiertas en previsión. Viaje de vuelta
tranquilo, enterándonos por las llamadas de nuestros miembros que
no viajaron que los medios estaban dando noticias e imágenes de los
"incidentes" allí ocurridos, y de los cuales no teníamos
ni idea ni constancia. Solo estábamos mirando por los nuestros y
cuidando de lo que tanto trabajo nos costó y costará conseguir,
mientras que esta gente se encarga de rellenar sus programas con esto. Llegamos
a Cádiz pasada la 1 de la madrugada, cansados y tristes por perder
un partido y el liderato, aunque.... "si no fueran por estos ratitos...",
¿verdad Pablo?. |