Partimos un par de autobuses a eso de las 11:00 h, al grito unánime de "¡Ignacio repelente, quítate los dientes!" y continuos consejos del Dani de "¡señores somos una piña!" llegamos a la capital costasoleña a eso de las 15:00 h y nos dirigimos directamente al estadio para adquirir las entradas, sin antes tener algún que otro altercado con "seguratas" y nazionales.
Un individuo apareció con un pitón pidiendo a gritos que le decorásemos la moto, dicho y echo. En breve espacio de tiempo hubo varias broncas, saliendo mal parado el Bilba al cual los "seguratas" apalearon ilegalmente fuera del estadio.
Privamos en un parquecito cercano y May se pilló un perrito con cara de inocente que resultó ser un bokerón camuflado. Ah!, os confirmo que el Frente Bokerón ha muerto, ni rastro de ellos.
Entramos en el estadio y allí comenzó la fiesta, 90 minutos sin parar de animar, sobresaliente. También algún que otro tifo con papeles y papel higiénico, aunque me mosqueo un poco que el Bilba los cogiese todos…
Los jugadores lo dieron todo y de ahí su recompensa, y la nuestra. Fue todo perfecto hasta que las fuerzas de seguridad dieron la nota al detener al Juandi por celebrar el gol en la valla, también al Bilba le dieron unos pocos de palos más por tirarle una cerveza a un madero al celebrar el gol.
Al finalizar el partido nos apresuramos para mostrar nuestros cuerpos DYCnones e hicimos un pase de modelos en cayumbos. Nos retuvieron en el estadio bastante tiempo para dispersas a los "vándalos" de Málaga. Al fin para el bus. Escote para Juandi, ni salió ni ná. Paramos en una venta para que el Bilba defecara.
Nos empachamos de tarta de manzana, eso era un self service y no saqueamos a los camareros porque eran muy feos, un servidor ligó con un chiquillo con un tipito muy mono aunque era de metal y se vino con nosotros para el bus pero el chofer no quiso, pobrecillo.
Al Largo le tocó en una rifa un bidón de basura y al Robe moscatel, nos fuimos muy rápidos y con la bulla siempre se te olvida algo: ¡A DANI! Nos lo habíamos dejado en la venta. Vino en un taxi y paró el bus, 7 taleguitos tuvo que pagar, y eso que todos éramos un piña. Al instante el Bilba volvió a hacerse caquita, pero esta vez encima (aunque me reconoció que sólo fueron un par de "manchitas". Robe dio un espectáculo con el megáfono y casó al Gaspi. Bueno que… nos lo pasamos del carajo y sobre todo que ahí estamos todavía y ya sabéis: ¡TODOS SOMOS UNA PIÑA!.
…Y es que no se les puede sacar a la calle… UN SALUDO.