Bueno, el más largo y más numeroso desplazamiento de seguidores cadistas y, por supuesto, de la 2ª División B... fue lo que realizamos a Madrid. De primera decir que en Cádiz se quedaron muchos socios del Cádiz por culpa de la nefasta organización, que tiene nombre y apellidos: "la directiva del Cádiz". Esperemos que el año que viene, cuando juguemos la liguilla no nos pase esto que nos ocurrió y que sirva de enseñanza para futuras empresas.
Fueron más de 60 autocares que desde la Telegrafía Sin Hilos, a partir de las 10 de la noche, se encaminaban hacia la capital del estado español. De Brigadas "oficialmente" iban tres buses, pero mogollón de gente optó por ir por su cuenta y en otros buses, más algunos que ya por esa hora estaban en Madrid dando la vara.
Contar todos los detalles de cada uno de los buses sería prácticamente interminable, pero a groso modo os podéis imaginar los viajes de Brigadas, pero multiplicado por un montón, paradas interminables, "confiscaciones" (las menos por lo que se vió), mucho cachondeo, mucho de "tó" (no quiero decir drogas), bueno, vosotros ya me entendéis, ¿no?.
A eso de las siete y media de la mañana llegaban los primeros buses cadistas al Bernabéu y se empezaba a rular por los alrededores. Decir que un grupo de topó con el garito de Ultras Sur (si, esa banda de fascistas paramilitares), que rápidamente fue pintada y de no ser por falta de gasolina hubiera sido quemada.
Entre birras y canutos y canutos y birras, se fue pasando el tiempo y llegando la hora del partido, los aledaños del estadio solo tenían un color, EL AMARILLO. Para entonces algunos nos dimos cuenta de que en la calle cercano había apostado un pequeño grupo de Ultras Sur, el cual no sabíamos sus intenciones, así que fuimos a por ellos. Su reacción (como cobardes que son) fue la de sacar machetes y pinchos, así que nos echamos para atrás, porque no llevábamos nada en las manos. Se intercambiaron botellas y alguna que otra piedra, hasta que llegó la Policía, que ante el estupor de todos nosotros pasaban de registrar a los fascistas y los dejaban sin más.
Fue increíble la reacción policial, ya que si esto nos hubiera pasado en Cádiz, otro gallo nos cantaría. Tras ese pequeño enfrentamiento, nos fuimos metiendo en el estadio, donde empezamos a colgar las pancartas y a situarnos en la grada de preferencia, junto a una buena representación de Bucaneros, que junto a gente de Alkorkón estuvieron animando a nuestro Cádiz.
Comenzó el partido y llegaron los primeros incidentes, ya que los Ultras Sur se habían colado por su fondo e intentaron agredir a seguidores cadistas. La respuesta fue contundente y los hicimos correr por su fondo y echarlos a patadas. Del resultado del partido mejor no hablar, pero durante el mismo se animó muy poco y solo cuando se tenían esperanzas la peña se unió animando. Cosa curiosa era ver los charcos de agua que salían de los servicios del estadio, que suponemos algún "desalmado" se dedicó a romper durante el partido.
Tras tener que escuchar el himno del Puto Madrid y con un cabreo de la ostia nos fuimos para afuera, donde siguieron los incidentes, primero con algunos coches y luego con algunos Ultras Sur que se querían camuflar entre la afición cadista. En este capítulo decir que los fascistas le pegaron a unos chavales y a unas chavalas, e incluso le robaron la camiseta del Cádiz a un chaval a punta de navaja.
Hubo más que un fascista que tuvo que salir por patas, pues lo mataban. Después y con parte del grupo esperando el autobús, volvieron en un número de 15 o 20 y hubo un enfrentamiento directo. Aquí decir que los fachas estaban más preparados que nosotros y que tenían más armas, ya que casi todos llevaban machetes o pinchos, y nosotros a mano limpia. Al final nos tuvimos que retirar, con un herido por una pedrada en la cabeza. Debe servirnos de lección lo que ha pasado y que con estos personajes no hay que tener piedad y si te sacan un machete, debemos de sacarles tres y, si es posible, llevárnoslo por delante como querían hacer ellos. Al final llegó la Policía y no pasó nada.
El regreso a Cádiz fue triste, ya que no teníamos opción alguna de subir a Segunda A. Esperemos que el año que viene se enmiende la cosa y podamos subir. Hasta otra.