El pasado domingo empezamos una nueva Liga junto al Cádiz C.F. y, por desgracia, otra vez en esta puta Segunda División B. Otro año en donde el colectivo seguirá al Cádiz C.F. por esos lamentables campos que hay en el Grupo IV. Pero en estas divisiones es donde se demuestra el sentimiento hacia unos colores y cuando realmente hay que estar con el equipo. El bombo nos emparejó en esta primera jornada con el equipo de La Isla de León, el C.D. San Fernando. Al enterarnos de este enfrentamiento empezamos a organizar otra de las famosas cervezadas en la Peña "Mágico" González de la localidad vecina, junto con el grupo de animación del San Fernando y el Norte Trompetero.
Después de mucho dialogar y dar vueltas, se decidió la hora, la cantidad de barriles, el precio a pagar, etc. Todo correcto.
Mientras tanto, el colectivo se citaba con la directiva del San Fernando para conseguir las entradas para el partido todas juntas y a un precio prudencial, a fin de evitar problemas en las puertas con la edad de los miembros.
Intentamos conseguir el mismo número de entradas que obtuvimos para el partido del año pasado en el Puerto de Santa María. Imposible. El Presidente se cerró en banda y solo nos concedió un tercio de éstas y previo pago. Más problemas. Ahora la difícil misión de repartir las mínimas entradas entre las secciones y que nadie se quedara tirado.
Para la cervezada en sí, quedamos en el Estadio Carranza para, de paso, ver el partido del Cádiz B contra el Chiclana Industrial. Cuando finalizó el encuentro con victoria de nuestro filial nos dispusimos a irnos para privar.
La gran mayoría del grupo nos fuimos en autobús. Otra parte, alrededor de la veintena, se montaron en la furgoneta de un pobre hombre que tuvo la osadía de pararse a saludar a uno de los nuestros. Cuando se dio cuenta ya tenía las puertas abiertas y la gente introduciéndose dentro de la furgona. Ya no se podía echar atrás. ¿Quién echaría ahora a esos cadistas deseosos de llegar a La Isla para ponerse hasta los ojos de birra?. Nadie.
Ya en el Bar el Toni, saludos a diestro y siniestro y risas por todos lados. La gente del Colectivo fueron llegando a cuenta gotas durante toda la tarde.
Los primeros los Frente Che, la Sección Velázquez, la Sección Cangrena, la Sección Rota y algunos más, como los Viñas Bravas. Los últimos los Psikósis, la Curva Sur y la Sección Chiclana. Casi todas las secciones estuvieron presentes en un mayor o menor número, pero hubo casi pleno. Por lo menos a mi me pareció ver a todos. ¡Hasta el Bilba y el Mon (Sección Londres)!.
El ambiente se fue calentando y algunos no pudieron resistirse a probar el material pirotécnico que hasta allí llevaron. Bengalas y botes de humo (¿caducados?) fueron encendidos para el disfrute de los presentes.
Una hora y media antes del partido decidimos pegarle un barrido y un limpiado a la calle y tirar para.... los bares de Bahía Sur a tomar la penúltima. Allí reparto de las últimas entradas y para dentro. El ambiente era de puta madre. Se respiraba cadismo por todas partes, sobre todo en nuestro fondo. Mientras tanto, se fueron poniendo las banderas en la "valla" y repartiendo entre la afición cadista las cartulinas amarillas para el tifo. Salida del Cádiz C.F. y buen tifo adornado con unas cuantas bengalas, nitrato y banderones. Como no se cabía en el fondo, la peña se fue ubicando donde podía realmente, o sea, en la pista de atletismo. Gol de Cádiz e inevitablemente invasión de campo.
Con el segundo tiempo, y después del intercambio de banderas en el centro del campo, nuevo tifo, esta vez solo de bengalas. Impresionante y espectacular al ser ya de noche. Buena animación durante casi todo el partido, a pesar de estropearse el megáfono y los intentos de Juan "El Gallego", porque fuera aún más contundente.
Al final del partido Orgullo Isleño vino a nuestro fondo al grito de ¡Cádiz, Cádiz!. Buen fin de fiesta y un punto para nosotros que habrá que consolidar hoy frente a otro de la provincia de los cuatro que habemos en el Grupo andaluz de la Segunda B.
A la vuelta la gran mayoría de la afición de la capital cogió un tren gratis que había preparado para nosotros. De que era gratis no se enteró el revisor que "hizo la noche" pillando a un cadista de los quinientos que nos montamos que no tenía billete. Payaso y cagón.