Como es habitual en nuestros desplazamientos salimos tarde (unos 40 min.), tras pertrecharse de priva casi todo el mundo, la Curva Sur con tres cajas de birras, casi toda la peña con butanos y el Pablo de Rota con su habitual botellón de whisky, el que casi se quedó en tierra fue el Washy que se subió al autobús en marcha. Cogimos por la nacional IV y fuimos por ella hasta la altura de Utrera en la cuál nos desviamos para Écija, allí en Utrera hicimos la primera parada en una venta ya habitual en nuestros desplazamientos y que es conocida por la chirla de ABC de hace un par de años, somos muy conocidos por allí. Aquí la peña a parte de confiscar alguna de otra torta de hojaldre (muy buenas por cierto) empezaron a desfasar montándose en los columpios de un parque infantil, tras estar un rato allí nos fuimos para Córdoba.
Ya en la provincia de Córdoba nos paramos en una gasolinera para echar líquido al bus, y lo único destacable fue ver la cara de un pikolo cuando vio volando un rollo de papel higiénico, que se quedó enganchado en un árbol. Al fin llegamos y tras quedar con el menda del bus nos fuimos para el centro dónde se tenía previsto una invitación de birras (al final se jodió todo). Tras hacer una parada en un bar y encontrarnos con el Neme y el Nane y demás gente de Cádiz nos fuimos para el centro. Allí tras pasar por medio de una banda de música que estaba tocando Semana Santa (y aún faltaba una semana, eso debe ser como el Carnaval Chiquito) y con nuestro ritmo de tipo-tipo y dando el cante fuimos una atracción para todos los turistas que había allí. Montamos la base en una plaza (no nos acordamos del nombre) y allí la peña se desparramó por ahí en busca de priva, decir que en esa plaza se reúne la peña para fumar porros y nos quedamos flipados con una súper cachimba que había funcionando por allí. Después de estar bastante rato allí nos fuimos en grupos por ahí, unos al estadio y otros a dar la vara por la ciudad. Destacar el mogollón de calor que había en Córdoba y que con el descontrol que hubo en la puerta hizo que entráramos escalonadamente, evidentemente no estaban preparados para recibirnos y nos juntaron con la afición local.
Empezamos a poner nuestras pancarta y banderas, y al sacar una inkurriña comienza todo el mundo a cantar: "somos españoles y no musulmanes", "España, España" y demás gritos mal sonantes, a lo cual respondimos con más fuerza. El calor empezó a dar fuerte e hizo mella en nosotros lo que se vio en la escasez de cánticos en la primera parte, y por multitud de razones casi no nos enterábamos de lo que pasaba en el campo, en el descanso pudimos ver (y consumir) la venta de toda clase de bebidas alcohólicas en la barra del fondo, el privar el agua fresca de una fuente que había allí... y de utilizar unos maravillosos e inmaculados servicios que había allí. Recalcamos estas dos cosas ya que la existencia de éstos agradaban la acción de nuestras necesidades fisiológicas. Comenzó la segunda parte y arreciaron los insultos sobre nosotros a los cuales respondimos con gritos animando a nuestro Cádiz y demostrando el gran valor de esta frase: "EL MEJOR DESPRECIO ES LA IGNORANCIA".
Sobre el minuto 15 y hasta el final, y en un constante e ininterrumpido cántico, cantamos la adaptación del cántico de los Pet Shops Boys: "ESE CÁDIZ, Oé", con un frenesí que aumentaba a la par del mal juego de nuestro equipo. Los cordobeses intentaron contrarrestar dicho cántico, pero no pudieron. ¡¡Qué carajo!!. Al final del encuentro dimos un par de gritos a favor del Córdoba, demostrándoles nuestro señorío labrado en 300 años de historia, al final hubo un "amigable" intercambio cultural, lo que hizo cargar la policía contra nosotros (como siempre).
Destacar que salieron del estadio y en tropel unos veinte guardias jurados de forma totalmente ilegal, evidentemente éstos no intervinieron para nada, tras saludar a los jugadores y darles ánimos nos retuvieron un buen rato en las puertas y tras amenazar la policía al conductor del bus fuimos obligados a marcharnos, tras lo cual tuvimos que dejar allí a 5 colegas. Decir que estos volvieron al día siguiente y no les pasó nada. El viaje de vuelta tiene poco que contar, salvo el coñazo que dio Juan con la cinta de LOS CHARRÚAS y que si la hubiera puesto una vez más le hubiéramos echado del bus (le salvó la preciosa vista de la Bahía desde el Aguasherry).
Dar las gracias a nuestros guías locales: Conchi y los colegas del Sharp y Negu Gorriak, y qué lo guapas que son las cordobesas (al final del dicho era cierto).