Pues sí, aunque algunos no quisieran decirlo, aunque algunos medios estén sordos y ciegos, nuestro Kolectivo acudió en un número cercano al centenar al estadio cordobés de "El Arcángel". Allí nos reunimos con unos 150 cadistas más, con los cuales disfrutamos de la victoria de nuestro equipo, pero antes os contaré cómo nos fue, ¿no?.
Como siempre y como es lógico, el típico descontrol en cuanto al sistema de apuntarse para el viaje, hay gente que no se entera o no se quiere enterar de la movida, pero eso es lo de menos y en el próximo viaje todo estará solucionado. Al final llenamos sólo un bus con 60 plazas (por cierto, fuimos 63 para no dejar a nadie en tierra, cosa que no volverá a ocurrir).
Salimos de Cádiz a las 9:30 de la mañana, con mucha cerveza y mucho de todo en el bus, dentro del mismo, lo de siempre, cachondeo y más cachondeo. Nos paramos en algún sitio de la provincia de Sevilla y, cosa curiosa, nada que destacar. Así que, tras un trecho largo, llegamos a Córdoba sobre las 1 de la tarde o así.
Destacar que entre nosotros viajó un colega de la Curva que era tunecino, que se apuntó al desplazamiento para poder visitar la Mezquita, un monumento muy conocido en todos los países del norte de África como símbolo del Islam y en el que nuestro colega Bengara tuvo la oportunidad de orar a Alá.
La peña se desparramó por la ciudad, así que contaros todas las anécdotas sería imposible, por lo tanto, voy a centrarme en un pequeño grupo en el que iba yo. Nos fuimos a pillar las entradas, y luego nos dimos una vuelta por el estadio para pintar algo, y, cual fue nuestra sorpresa, nos encontramos unas pintadas de "Puta Cádiz" y "Gaditanos Maricones"... las cuales borramos y además pusimos algo de nuestra cosecha particular. Tras ese rule, cruzamos el Guadalquivir y nos metimos en la ciudad califa para papear algo. Allí estuvimos un tiempecillo, alucinando con los rumores de la gente, que decían que había habido un accidente de un bus cadista con el trágico resultado de cuatro muertos ¿?... Creo que la gente debería dejar de fumar porros y de comer tripis.
Tras esa paranoia, nos encaminamos hacia el campo, en el cual nos encontramos a algunos ultrillas del Córdoba con los que no tuvimos ningún problema. Ya dentro del estadio, pusimos las banderas y reparamos el tifo, que consistió en nitrato y petardos. Saltó el equipo y estallamos en cánticos acompañados de un mogollón de humo.
Durante el partido, dimos una lección de lo que es animar de principio a fin. Ah!, no vendían nada de alcohol en la cantina lo cual nos mosqueó bastante. En el descanso, "La Pepa" se puso a quemar romero, y en el segundo tiempo no paró de insultar al árbitro, incluso con el megáfono, lo que resultó un descojone total. Tras unos minutos en los que lo pasamos muy chungo pues el Córdoba empujaba, llegó el gol cadista, y con él una explosión de alegría, la cual ya nos duró hasta que llegamos a Cádiz.
Para celebrar el gol, Vicente Borge se vino hacia nosotros, y os puedo asegurar que si no fuera porque había un foso por medio, más de uno hubiera saltado al campo para celebrar el tanto junto con los jugadores. Y con gran emoción llegó el final del partido, dirigiéndose los jugadores hacia los más de 250 gaditanos que saltábamos de alegría, fue la hostia.
Después de finalizado el partido, estuvimos unos 15 minutos dentro del estadio, y esta vez sólo cayeron una par de piedras, así que los maderos nos llevaron a los buses, que por cierto, no teníamos ni idea de donde estaban.
Nos montamos y, por las prisas, casi dejamos a dos tíos en Córdoba, que se montaron a lo justo, y una vez todos dentro el bus, salimos pitando para Cádiz. Tan solo hicimos una parada en una venta donde tenían a una perdiz secuestrada, y a eso de las 11 de la noche llegamos a Cádiz, con tiempo para felicitar a los jugadores, en especial a Borge. Y después de escuchar las últimas paridas del Boca, cada uno tiró para su casa.
En definitiva, un desplazamiento redondo, en el que disfrutamos de los lindo.