Esta vez, la cosa del desplazamiento tuvo una organización perfecta, con plazas reservadas para los socios hasta el jueves antes del partido. Se llenó un bus, aunque hay que decir que en un principio no nos querían llevar hasta la localidad gaditana de Algeciras.
Al final fuimos sesenta la peña que nos desplazamos con Brigadas, y las diez de la mañana los más madrugadores llegaban al estadio con un ciego de la ostia. La cosa se animaba más y más a medida que avanzaba el tiempo, y a eso de las 12:30 h. nos montábamos en el bus.
El trayecto hasta Algeciras, como siempre, mucho de todo (en todos los sentidos). Nos paramos a medio camino en una venta, donde tampoco hubo saqueo (como en Córdoba), aunque el Bilba se empeñaba en levarse una bombona de butano de un camión.
Después de este breve descanso, llegamos en poquísimo tiempo al pueblo gaditano; una vez allí, cada cual se fue a su bola, concentrándose la peña en lo alrededores de El Mirador, con algún incidente aislado con los chulos de los maderos. Junto con más gente de Cádiz, que se desplazó en coches particulares, nos metimos en el ¿Estadio?, y formamos un gupo compacto de unos quinientos cadistas aproximadamente.
Animar, la verdad es que se animó, aunque menos que en Córdoba, pese a todo se escuchaba los cánticos en todo el estadio. En el descanso del partido, salimos (pues dejaban!!) donde pillamos bocatas y cervezas, mezclándonos con los aficionados locales sin problemas.
Otra vez dentro del recinto, vemos con sorpresa un gran cordón policial, pues los miembros del llamado "Frente Especiá" (¿?) se habían colocado a nuestro lado. Las criaturas del "Frente" nos estuvieron insultando todo el segundo tiempo, aunque no les hacíamos ni caso...
Y en eso, llegó el gol de Monsalvete, con un gran estallido de alegría por nuestra parte, y con él, los primeros expulsados por la policía. La cosa de caldeaba, y con una nueva detención se originó una pelea con la policía, y el primer intercambio de objetos. La policía no sabía dónde estaba, mejor dicho, no se enteraba de nada, pues con el pitido final nos llegó una auténtica lluvia de piedras desde fuera del estadio, a la cual la peña respondía devolviendo objetos y refugiándose donde podía.
Y como no había dónde refugiarse, nos tiramos al campo. Una vez allí, y con el cabreo debido a la acción de los algecireños, parte de la peña cargó contra el fondo de los "especiales", tirando de todo, y éstos pediendo el culo y dándose patadas por salir del estadio.
Ya con la cosa calmada, salvo algunas carreras con los maderos, nos dirigimos al bus. Destacar la presencia de Miguel Cuesta y Antonio Muñoz, que nos pedían calma. Una vez en el bus, nos dirigimos escoltados hacia las afueras sin ningún problemas, mientras alguno se ejercitaba con el tirachinas por las ventanas. Paramos en Vejer, para comer lomo en manteca. Con el estómago lleno y con la alegría de la victoria, el bus era un hervidero, la gente cantando, bailando y manteando al Boca, con el chófer dando volantazos y la peña bailando "Puto" de los Molotov. Llegamos a Carranza a las 10:30 h. con la alegría de ver a "La Pepa" esperando a los jugadores.
En definitiva, un agradable desplazamiento, en el que llegamos a la conclusión de que los algecireños son unos catetos muy "especiales".